TESTIMONIO DEL PASADO
Esta breve lectura nos dará a conocer: ¿por qué el arte colonial adoptó casi completamente los cánones del arte europeo de la época? Y no siguió lo propio del arte precolombino.
Y es precisamente por razones de preservación desigual de los vestigios arqueológicos, que las manifestaciones artísticas precolombinas del actual Ecuador se evidencian solamente en el trabajo de la piedra, la cerámica y la metalurgia.
Los cazadores – recolectores crearon una variada industria lítica que incluye no menos de cincuenta diferentes tipos de utensilios, algunos finamente tallados, como las puntas de proyectil de obsidiana. Nada se sabe del arte en madera o hueso, que no ha sobrevivido al paso del tiempo. Con el surgimiento de la sociedad agrícola se generalizó dl uso de nuevas materias primas, pero la piedra continuó siendo utilizada en la fabricación de hachas, morteros, figurinas y otros artefactos, para culminar, al fin, en el arte de las estelas y las sillas elaboradas por la cultura Manteña.
La cerámica precolombina alcanzó importantes logros, como la pintura iridiscente y las botellas silbato de la Costa, y los hermosos diseños en pintura negativa de la sierra norte. Además, el artesano precolombino creó una gran riqueza de formas y decoraciones, que hablan no sólo de su fino sentido estético, sino también de su compleja organización social.
La metalurgia precolombina todavía causa asombro, primero por la resolución de los problemas técnicos relativos al manejo de metales como el oro, la plata, el cobre y el platino, y luego por la gran diversidad de joyas y adornos.
Lamentablemente, la conquista y la colonización españolas significaron una ruptura abrupta de la exploración estética de los antiguos ecuatorianos, a tal punto que el nuevo arte que comenzó en la Colonia adoptó casi completamente los cánones del arte europeo de la época.
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En lo esencial es cierto lo dicho en el artículo, pero debe recordarse que España no permitió que aquí se desarrollaran los que usted llama "cánones del arte europeo de la época". Aquí no se permitieron los Cervates, Lopes de Vega ni Velázquez; se nos impuso la escolástica en la literatura y un arte más bien bizantino, medieval en la pintura, aunque con algo de ropaje rocallezco. Tan atrofiadas estaban las sensibilidades de nuestros artistas, que aún entrada la Independencia nos negábamos a dejar de copiar santos y vírgenes coloniales. Casi no tenemos registro de las fisonomías de nuestros próceres, y cuando existe algún buen retrato, ha sido hecho en Europa o por un Europeo. Apenas cien años después, en el siglo XX, aperecería el hombre y el paisaje americano con dignidad.
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